Idioma inglés y uso eficiente de la tecnología un 33%; negocios y habilidades blandas otro 33%; conocimientos legales un 34%. Es lo que espera un empresario de éxitos de las habilidades profesionales de un abogado, quien pueda asistirle de forma eficaz en el competitivo mundo de los negocios, hoy día.

Tradicionalmente, el perfil del abogado solía reunir unos aspectos muy distintivos en su forma de vestir, hablar, pensar y de su muy delimitada formación profesional legal. Con ser un gran conocedor de todo lo legal y saber cómo pelear la mejor ganancia de causa para su cliente era más que suficiente. Todo lo relacionado con el abogado estaba orientado a lo legal.

Las empresas siempre necesitan la asistencia y consejos de los abogados.  Asuntos civiles, laborales, comerciales, penales e incluso constitucionales pueden afectar activa o pasivamente a cualquier empresa o negocio.

Una queja persistente de los empresarios o gestores de empresas es la existencia de una gran barrera comunicacional, empática y en las habilidades profesionales entre el abogado tradicional y el empresario dinámico actualizado.

¿Especialización o generalización?

Un abogado corporativo debe de aspirar a ser un conocedor de los principales aspectos de una empresa. Operaciones, negociación, contratos, estrategias, ruta crítica legal y blindaje legal lo hacen un ente con más valor agregado para la empresa que si fuera un abogado solo con conocimientos enfocados en un área específica. Incluso, su labor se enriquece si su formación se basa en otras carreras afines a los negocios como son: Auditoria, Gestión, Finanzas y Negocios.

¿Proactivo o reactivo? 

Involucrado. Capacidad de ver fuera del cuadrado, planificado, siempre agregando valor, empático con los objetivos de los accionistas o dueños; son las actitudes esperadas. Su capacidad de reaccionar de forma eficaz debe ser parte de su arsenal profesional.

¿Su relación con las demás áreas de la empresa?

Un adecuado abogado corporativo debe interrelacionarse con todos los proyectos y acciones importantes del negocio, tales como ventas, mercadeo, recursos humanos, compras, finanzas, manejo de crisis, gobierno, estrategias, participación en el consejo de administración, entre otros.

El abogado debe de agregar valor con sus conocimientos legales a todas las áreas y garantizar que todas las acciones tomadas estén dentro de los parámetros de la Ruta Crítica Legal de la empresa que representa.

¿Demandas Versus involucramiento en los procesos?

El enfoque tradicional es involucrar al abogado solo cuando la empresa es demandada o tiene la facultad para demandar; ese sería un enfoque un tanto reactivo.

Todo lo contrario, ocurre cuando la empresa se asiste del abogado antes y durante todos los procesos y proyectos que implican grandes responsabilidades y riesgos para el negocio.

Cada acción empresarial tiene términos legales que tienen que ser observados; en ese sentido, la participación del abogado enriquece y garantiza las mejores decisiones de los accionistas, siempre y cuando este halla formado parte oportuna en dichas decisiones.

Con la formación adecuada y una buena empatía con el hombre o mujer de negocios, los servicios de un abogado corporativo constituyen una figura que agrega mucho valor y competitividad a cualquier actividad comercial.

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